Capitulo 1. Los primeros Juegos Del Hambre.

La verdad no me ha llevado mucho tiempo, lo hice en clase, pero espero haberlo hecho lo mejor posible, ya sabéis que no soy un verdadero escritor y os agradecería cualquier tipo de crítica constructiva que me ayude a mejorar. Muchas gracias a todos los que me apoyáis.

Por fin, gané, llevo tantos años entrenando para este momento y al final llegó el día, me he proclamado campeón del torneo de defensa personal, estoy preparado, subo al podio, estoy tan nervioso que hasta me cuesta mantenerme en pie, empiezo a ver borroso , todo se oscurece, pero de repente la veo, allí esta, esa chica de la que estoy enamorado, su dulce sonrisa hace que vuelva en mi, pero es momentáneo, ya no es ella, ¿qué ha pasado?¿porqué llora? sus preciosos ojos azules se han inundado de lágrimas, su largo cabello castaño a perdido su color, ¿qué esta pasando?, algo empieza a gotearme en la cara e instantáneamente me despierto, los lametones de mi perra Sena me han empapado la cara, la verdad, me alegro de que me halla despertado, lo estaba pasando mal en aquel absurdo sueño, ¿pero porqué?¿podría tener algún significado?, en realidad no quiero pensarlo.
Escucho a mi padre gritándome desde el piso de abajo: - ¡Hason, mueve tu culo hasta aquí!, mi padre y su brusca forma de ser, me hace esbozar una sonrisa. Me lavo la cara en un recipiente con agua, me miro al espejo y me acaricio la cicatriz que me atraviesa la ceja y recuerdo cuando me la hice, yo, tan pequeño, con mi  pelo corto y oscuro, mis ojos grises llenos de lágrimas y mi cuerpecito escuálido, temblaba de la cabeza a los pies, entonces recibí el golpe, directo a mi cara, la fuerza de Braulio, un chico 3 años mayor que yo y mucho mas curpulento, impactó en mi cara a la altura de la ceja, todo por robarle un panecillo de la mochila en la escuela, la sangre comenzó a brotar, nadie movió un dedo para ayudarme, nadie salvo ella, se interpuso entre el puño de Braulio y mi cara, un golpe en el estómago la dejo sentada a mi lado retorciéndose de dolor, Braulio asustado salió corriendo sin dar crédito a lo que había pasado. Ya no me preocupaba que la sangre no me dejara ver por el ojo izquierdo, toda mi preocupación se volcó en esa niña que se había arriesgado para ayudarme, me acerqué a ella que estaba retorciéndose de dolor en el suelo, ¿qué decirle a la única persona que se preocupó por mi?, las palabras brotaron de mi como aquella sangre que emanaba de mi ceja, -Hola me llamo Hason-, dije con voz tímida y tartamudeante, ella no debía ser mayor que yo unos ojos azules que me dejaron boquiabierto la primera vez que los vi, aquel pelo castaño recogido en dos coletas, era preciosa. - ¿Qué tal? soy Anne, su voz resonaba como un susurro dulce y cálido, Anne... Quien me iba a decir que no me separaría de ella desde es momento.

Ya me diréis que os pareció ya tengo casi terminado el segundo por si queréis seguir.